lunes, 23 de febrero de 2009

JULIO Mª CASTILLA AROCHA, PINTURA


Cuando me encuentro ante la puerta de casa, el buzón de la publicidad rebosa monstruos multicolor que intentan atrapar mi alma y comprarla al más bajo precio: el consumo. Obviamente, miro hacia otro lado.
Delante del televisor, es otra vez el mismo monstruo... Su lenguaje es diferente, pero sus intenciones son las mismas... Y tú sabes que la semiótica sí me puede atrapar. Es cierto que a veces me engulle y me parte el alma en dos: el humano, la bestia. Los dos corazones que luchan entre sí constantemente.
Salgo a la calle de nuevo, esquivo carteles, reclamos y megáfonos; vendedores ambulantes y quioscos de loterías, otros ejemplos de tentación consumista.
Y ahora mis ojos se arrastran a montones de basura, que, abandonada por mis contemporáneos, esperan a ser recogidas. A veces me paro, junto a otros a los que estos supermercados libres también han llamado, y recojo una caja de cigarros vacía, un espejo roto o un juguete al que le falta una pieza. En ese instante, la cadena del consumo empieza a formatearse.
Diseño del cartel: Lucio Gat

1 comentario:

Jaime dijo...

Qué es el consumo ?
Es un algo que ocupamos para tapar una necesidad ?
Nosotros consumimos aire para mantener nuestro cuerpo vivo...
una necesidad "físicamente" esencial...
El amor... nosotros entregamos amor, para recibir amor... eso es consumo ? ...
Talvez el consumo de a poco se va apoderando de nuestros cuerpos y creando "máscaras"... pero en qué punto se podría decir si es bueno o malo ?...